Cuida tu quilt

Los quilts encargados y mostrados, están pensados para utilizarse como colchas en las camas y cunas o como manta para la siesta en el sofá. O para ir de picnic, o para una noche en la playa o para…lo que se te ocurra!
 
Son realizados completamente a mano, con cariño y mimo, para que te duren muchos años… y tal vez hasta los puedas dejar en herencia.
Cuando lo recibas, tendrá arrugas y pliegues. Puedes quitárselas planchándolo con cuidado, sin arrastrar la tela.
O echarle un poco de agua en spray y dejar que asiente en plano. O simplemente echándolo sobre su cama y dejándolo estar.

No dejes que le dé el sol directo, al menos de manera continuada, porque perderá color y se deteriorará el tejido.
Todos los quilts están hechos únicamente con telas de algodón, tanto la parte superior, como la trasera.
El relleno es también de algodón 100%, sin tratar con cloro.

Por lo tanto, puedes lavarlos en casa. Si te cabe en la lavadora, elige un programa corto, con agua fría y utiliza un jabón suave.
Si no te cabe, puedes llevarlo a la tintorería o lavarlo a mano en la bañera, con poco jabón.
Los tejidos mojados tienden a distendirse, por lo que te recomiendo que lo saques de la bañera con mucho cuidado.
Mejor si lo vas poniendo sobre una sábana y lo llevas a tender envuelto en ella. No lo retuerzas para escurrirlo.
 
Lo más difícil viene ahora, porque no es recomendable colgarlo mientras está mojado. Pero, ¿quién tiene sitio para dejarlo secar en horizontal?
Inténtalo, aunque sea plegado y cuando vaya perdiendo humedad y por tanto pese menos, puedes terminar de secarlo tendido.
 
El relleno y las telas se arrugarán al lavarlo. Hay a quien le gusta ese aspecto arrugadito entre costuras y hay quien lo prefiere más liso de nuevo.
Si eres de estos últimos, puedes plancharlo con la plancha bien caliente, con o sin vapor, pero sin arrastrar mucho los tejidos, más bien haciendo presión.
 
Por último, si vas a guardarlo una temporada hasta la primavera siguiente, no lo metas en una bolsa de plástico.
Puedes plegarlo o enrollarlo, envuelto en papel de seda o en una sábana que ya no uses.
 
De esta forma podrás disfrutar de tu quilt durante muchos, muchos años.